JUGAR CON FUEGO: PSICOLOGÍA DE LA INFIDELIDAD

 He de asegurarles que se han escrito ríos de tinta sobre todo lo que flota alrededor de la pareja, sus relaciones, circunstancias, problemáticas, etc  y, cómo no, sobre la infidelidad. La realidad es que pese a las opiniones radicales sobre el tema y a la negativa de muchos a su práctica, la infidelidad es uno de los motivos por los cuales cada día más y más parejas terminan con sus  relaciones. Estadísticamente hablando pareciese que cualquiera puede caer en el peligroso prohibido y aventurero juego propuesto por  Eros (dios primordial responsable de la atracción sexual y el amor), llegando al punto de  involucrarse en la más retorcidas aventuras o en relaciones complejas que les llevan a  sostener vidas  paralelas.
De este modo ¿apostamos acaso por una doble moral?,  o es que ¿el deseo de experimentar la aventura de engañar, pese a arriesgarse a ser descubierto, es una sensación tan gratificante que no se puede resistir y dejar?. La realidad es que si queremos prevenir la infidelidad, la clave inicial es conocer su dinámica descubriendo las causas que articulan su funcionamiento, es por ello querido lector y estimada lectora que te invito a acompañarme en este paseo sobre uno de los pactos de pareja que sufre mayor número de rupturas.
 1.- CONOCIENDO EL FUEGO: LA INFIDELIDAD
Las parejas, desde el momento de su constitución diseñarán una serie de “leyes”, por así decirlo, las cuales darán sentido y guiarán la convivencia de la misma, fortaleciendo los pilares de la relación. La infidelidad como fenómeno se definirá como la ruptura hacia la lealtad que se tiene hacia el otro miembro de la pareja, entendido de una manera más breve, la infidelidad se considerará siempre como una traición de un acuerdo afectivo/sexual preestablecido, de este modo el comportamiento infiel no necesariamente incluirá la práctica del coito, sino también los llamados “encuentros cercanos del primer tipo” (conversaciones, mensajes, encuentros sin matiz sexual, llamadas telefónicas, etc.), ó los del “segundo tipo” (envío de imágenes personales  sugestivas, caricias, besos, juegos sexuales sin llegar al coito), los cuales producto de su  ocurrencia a escondidas se valúan como deshonestidad o deslealtad.
La infidelidad, mejor conocida como “los cachos”,  destruyen la confianza de cada miembro de la pareja y pone en riesgo los pilares sobre los que se cimienta el futuro de una relación.  De allí que es importante que cada pareja defina claramente los pactos de exclusividad en los que estará basada la relación, dejando claro el proyecto compartido, a fin de que, al aceptar el compromiso, cada miembro de la pareja se vea vinculado a la idea de no mentir, ni ocultar y, sobre todo, mantener relaciones afectivas y sexuales con otra persona, acciones que pudiesen conducirles a situaciones o en relaciones de amantes cada vez más complejas y difíciles de terminar, obligando a la pareja a cargar con un invitado no deseado durante toda su vida afectiva.
2.- ¿QUÉ NOS LLEVA A JUGAR CON FUEGO?: CAUSAS DE LA INFIDELIDAD
Es común escuchar las frases: “es infiel porque en su casa no le dan y sale a la calle a buscar”, sin embargo la realidad que fundamenta las causas de la infidelidad es más compleja que eso, puesto que en esta frase cliché vemos como eterno responsable de la infidelidad al engañado, quien posiblemente ni siquiera sea infiel.  La realidad científica es que somos polígamos por naturaleza, y decidimos la monogamia por pura convicción personal. De este modo, la única persona responsable de su infidelidad es aquel que la comete. Desde esta perspectiva, la infidelidad se basa en tres razones fundamentales:
  • Primeramente nos encontramos insatisfechos con nuestras relaciones de pareja: pero esto no es responsabilidad del otro con el que hemos decidido emprender una relación, la realidad es que no sabemos elegir pareja y nos equivocamos. La cobardía para afrontar  una separación,  el poco autocontrol y la dificultad para renunciar al placer nos conllevan a la búsqueda de una sucursal afectiva que al final resulta enloquecedora para todos los que hacen vida en ella. Muchas personas, como producto de la  inmadurez emocional, fragmentamos los componentes del amor: Eros (sexo), Philia (amistad) y Ágape (ternura) y como resultado nos conectamos con varias personas en lo que inicia como un contrato temporal, o una relación puntual pero que pudiese llegar a complicar nuestra vida afectiva/sexual.
  • Como segunda razón, tenemos que buscamos el amor perfecto: esta situación va a generar una insatisfacción  constante que motorizará una búsqueda continua de la persona perfecta para nosotros.
  • Y el último elemento obedece a los aspectos inconclusos: una posible venganza, amores que consideramos no tuvieron el fin que esperábamos o los cambios en nuestros ciclos vitales (La salida de los hijos del seno familiar y las famosas crisis de los cuarenta o los cincuenta), hacen que surja el deseo de tener a otra persona en la vida como resultado de la sensación de no plenitud y necesidad de redefinición de algunos aspectos en nuestras vida.
3.-LAS QUEMADURAS: CONSECUENCIAS DE LA INFIDELIDAD
Cuando se instaura una situación de infidelidad no queda títere con cabeza dentro de la relación y es que la persona infiel, como resultado del nuevo enamoramiento o de la atracción sexual en la cual está inmersa suele ser víctima de una transformación radical en sus ideas de vida, metas y motivaciones. De este modo el conflicto inmoviliza al punto de  idiotizar a sus protagonistas, envolviéndoles en una especie de limbo emocional/sexual, donde los aspectos vitales se suspenden, terminando por dañar todo lo que se tiene o se ha logrado (familia, estabilidad, etc.), por ende la pareja tiende a sentir que ya la relación no es la misma y que se está en presencia de alguien más.
Este estilo de amor descarrilado destruye la confianza básica tan indispensable en la pareja, sus conductas asociadas (indiferencia, frialdad afectiva y sexual, agresión, mentira) llegan a  causar mucho sufrimiento, produciendo en el engañado o la engañada una disminución significativa del amor propio, aumento del estrés y la ansiedad, disparando la ira, empuje fundamental de la violencia intrafamiliar.
Es claro que se  busca un amor que dure y que además le haga sentirse bien, sin embargo, en la ruta que debe transitar toda pareja existen caminos difíciles  en los que se requiere de gran valentía  para  atravesarles sin caer en ningún precipicio. En caso de caer en un juego tan peligroso como el de la infidelidad quedará de manos de la pareja si perdonar, confrontar y avanza, teniendo claro que estas etapas, tan comunes como normales necesitan de cada miembro de la pareja para afrontarse y vivirse con inteligencia sin recurrir a soluciones fáciles o recaídas en infidelidades que pueden terminar en tragedias.
Lo aconsejable, querido lector y estimada lectora es que antes de que alguien en la pareja busque un amante sustitutorio, se intente a toda costa mejorar la relación con ayuda de especialistas de ser necesario. Esto no significa que uno deba sostener persistentemente y casi irracionalmente una relación de pareja que no sea sana, sino que hay maneras más claras para afrontar y compensar el déficit. De allí que una separación sincera sea mejor que mantener una relación colmada de mentiras y engaños. No es fácil convivir en pareja, claro está, pero la fidelidad tan indispensable en algunos pactos de relaciones se tratará de simple autocontrol y evitación de estímulos tentadores a tiempo. Recuerda, que el amor no es una armadura ni te inmuniza a la infidelidad, así que hay que trabajar para ser fiel de manera voluntaria, consistente y consciente.

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